Ultraviolencia.

Tengo escondidas extremidades que nadie ve y yo ya no siento.
Como quien guarda las hojas de los poemas en el mini bar y sólo las recuerda cuando quiere emborracharse.
Cuando quiere olvidarse de ellas.

Y a sabiendas de que queda poca vida en lo que escribo,
guardo la tinta y los mapas,
nos sirvo un chupito de aire, olvido el vestido blanco en la última farola y me dedico a llover.

Llevo cinco días bebiendo orujo y llevo cinco días leyéndote.
Llevo cinco días creyéndote.
Como quien sabe que el papel no es más que el envoltorio de lo que nadie ve y yo ya no siento,
y aún así sirve para limpiar la mierda y olvidar lo que ya no tengo
o lo poco que me queda.


A sabiendas de que queda poca vida en lo que escribo,
saco un billete de avión para el sur y lo guardo en el cajón de lo que olvido,
lo que tengo y lo poco que me queda.
A sabiendas de que queda poca vida en lo que escribo,
me recompongo desde el barro de los tacones y digo
"escribo lo suficiente como para destruirme".

Y así pasan las estaciones,
el clima y los trenes,
vaivenes de un tiempo que ya no pertenece a nadie y sin embargo,
sigue esperándote.
Como quien ve amanecer y lo olvida a las siete,
como quien tiene extremidades que nadie ve y que él ya no siente.
Como quien se queda con lo poco que olvida y pierde todo lo que tiene.

Comentarios

  1. "escribo lo suficiente como para destruirme".

    Ultraviolencia, Lana del Rey, es que ya me has enamorado con el título, ¡no se vale! Es mi ídolo.
    Un besazo.

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  2. ¡Muchas gracias! También la adoro, últimamente es mi banda sonora predilecta a la hora de escribir (aunque ya escriba poquito).
    Un beso grande, ¡me alegra leerte!

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