Ni contigo, ni sin ti.

Ella sonrío cuando supo que no podría apartar los ojos de la fotografía en un buen rato. Saboreó las notas de la canción que tontamente y de forma casual había puesto a reproducir en su habitación. Su canción, susurró. Volvió a sonreír.

Pasó la mirada desde su pelo hasta su sonrisa. Era raro, ¡él nunca sonreía en fotos! Se dió cuenta también de que hacía poco que se había lavado el pelo y había hecho un esfuerzo por peinarse a su manera. Juró que incluso podía oler su colonia a través de la pantalla. Se sintió una pequeña parte suya al saber con certeza que era la única persona que podía distinguir detalles tan simples de él.

Había encontrado la foto al azar; como si hubiera sido un golpecito del destino. Algo hizo "¡pum!" en su pecho cuando lo reconoció. Su simple nombre le ponía los pelos de todo el cuerpo de punta. Sonrió al pronunciarlo en susurros, con cada vez más intensidad y rapidez, hasta que se vió a sí misma tumbada en la cama, llorando y pronunciando su nombre a gritos. Sonrió mientras lo hizo.



No necesitó más pruebas.
Había vuelto a caer.

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