SYML - Where's my love

Hay un río oscuro que separa mi habitación del resto del caos. Surca como un foso bajo las cuatro paredes que me mantienen aquí, encerrada por voluntad propia, escuchando una canción bonita que me recuerda que todas tienen un segundo en el que dejan de sonar.
Tú ahora estás tan lejos que probablemente ni siquiera escuches el sonido de los cristales crujiendo bajo mis pies. Pero ahí están, rasgando mi carne y pintando un mural rojo que se extiende sobre el suelo helado de esta jaula. 
Y mientras sangro, las paredes se encogen y las manos frías de un monstruo gris me aprisionan el pecho y me roban lentamente el aire. Sonríe y se relame.
¿Debería haberlo visto venir? 
Debería haberme quedado aquí, en la reconfortante calidez de mi silencio, mientras te veía marchar sin girar la cabeza ni una sola vez para comprobar si yo había decidido seguirte.
Nunca debí haberle dejado pasar.
Ahora tengo una marca profunda y oscura que me recuerda a dónde no pertenezco.  Una estaca astillada que me araña si fantaseo con moverme. Una cuerda tensa que me rodea las muñecas y me impide ofrecerte de vuelta la mano que me tiendes cuando me prometes 

"nunca más"


(Creo que acabo de darme cuenta de que no es tan sencillo como pensábamos).

Y así, de pie, mientras miro al foso en mitad de la habitación,
mientras los cristales empiezan a formar parte de mi propia carne,
mientras los muros se acercan cada vez más a mí,
mientras la sangre se cuela por la rendija de la puerta,
mientras la bestia esparce su aliento frío contra mi nuca
y no siento las muñecas y sigo sin poder alcanzarte,
descubro que llevo pintadas en la piel las huellas de todo aquello que pensé y decidí no decirte por miedo a que se hiciera realidad.
Pero tú no puedes verlas todavía
Por ahora las cubro con una sábana casi translucida que te deja imaginar la forma aproximada de esa cicatriz.
Y aunque sienta que 
me queman,
me arden,
me escuecen
como si estuvieran hechas de propio ácido
...
creo que puedo soportarlo.

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